ANTECEDENTES
Desde tiempos inmemoriales en el entorno del Mar Menor han existido humedales, es decir zonas mas o menos inundables cíclicamente, que el hombre aprovechó para obtener caza y pesca en sus orígenes y mas tarde para extraer sal.
Un criptohumedal es un tipo de humedal donde el agua no llega habitualmente a aflorar en superficie, pero está allí, empapando la zona radicular de las plantas, es decir el nivel freático se encuentra cerca de la superficie. Por esa razón, la manifestación más evidente del criptohumedal es la proliferación de vegetación freatofita, que está adaptada a aprovechar ese recurso, en algunos casos con altos niveles de salinidad, como es el caso particular que nos ocupa.
Son biotopos que enriquecen y embellecen el paisaje y, sobre todo, son lugares de refugio y cría de especies de muy diversa condición (no solo acuáticas). En definitiva, son islas de humedad y de vida, especialmente apreciadas, como es de imaginar, en climas áridos y semiáridos. Los cambios de uso y especialmente el incremento del regadío a raíz de la llegada en 1979 de las aguas del trasvase Tajo – Segura, han modificado la dinámica hidrológica de la cuenca, lo que a su vez ha inducido cambios signifi cativos en los humedales litorales del Mar Menor, en relación con la superficie y composición
de los mismos.
Estos humedales, por tanto, han ido desapareciendo o han sido transformados en zonas de cultivo, urbanizaciones, puertos deportivos , etc., dejan de albergar esa biodiversidad, hoy seriamente amenazada. Especies como el fartet (Lebias ibera) pez en peligro de extinción , la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) pato en peligro de extinción o los larolimícolas (Sterna spp, Charadrius spp, etc.), se reproducían con asiduidad en estos humedales.
los cambios registrados en los últimos 30 años evidencian que en la Hita, el humedal ha sufrido un retroceso (pérdida de 2,5 ha) a favor del uso infraestructuras (tales como urbanizaciones, caminos, carreteras y vertederos).
Tanto la estepa salina como el saladar experimentan esa reducción mientras que el carrizal consigue aumentar su expansíon creciendo desde la costa hacia el interior, a expensas fundamentalmente del saladar inmediato y también de los cuerpos de agua por el avance del carrizal sobre laguna del Mar Menor, asociado a una zona de descarga de agua subterránea, como se constata al observar la serie histórica de mapas de usos en la que el carrizal posee una estructura compleja lobulada paralela a la costa y de avance hacia la laguna. Esta disminución paulatina del saladar que se acelera pasado 1995, y de manera paralela aumenta el carrizal. Así pues Playa de la Hita sigue la tendencia de disminuir el valor de sus hábitats en términos de su singularidad a escala europea.
Comentarios
Publicar un comentario